Friday, May 13, 2011

De las palabras

I


No hay misterio más grande que tus ojos en concierto

Van y miran y no se cansan de interpretar las melodías

Asientos vacíos a mi lado y yo te invito a encontrarlos

Tú me miras, yo respondo

Con la sonora ausencia de las palabras.


II


Que no me digan que no hay escuela

Que la puerta no la cierren, que no me dejen en la vereda

¿Qué haré con la mañana en mi cabeza?

Que no me digan que no hay cuadernos

Que no me dejen con los lápices en los dedos

¿Qué no ven que no tengo tiempo?

Para malgastarlo en tanto relato

Así que no me digan que no hay escuela

Hoy me leo un libro entero

Le guste o no le guste, a la señora de la puerta.


III


Tú dices quererme con el corazón en las manos

Yo te digo que si tienes el corazón en las manos

Es más probable que te mueras a que me quieras.

Tú me dices que si no me ves mañana te mueres

Y yo te digo que yo no soy el aire que respiras

Ni la fuente de energía de tu vida.

Tú me dices que mis ojos tienen el color del Sol

Y yo te pregunto:

¿cuándo es que has visto el color del Sol?


IV


Madre mía

Vientre tuyo

Por ahí pequeñitos hemos salido

Madre mía

Coraje tuyo

Me diste la leche de la vida en tu respiro

Madre mía

Sufrimiento tuyo

Si no me ves es porque me regalaste tu valentía

Madre mía

Respiro tuyo

Si te digo que te quiero es porque realmente así lo siento.


V


Hace siglos que no te veo

Y el camino se hace disperso

Pero un siglo son cien años

Y yo apenas siete que no te veo

No nos digamos mentiras, me entiendes

Que la vida conciente es finita

Mejor te digo directo en tu oído

Lo que hace siglos no has entendido.


VI


Yo duermo entre sábanas blancas

Tus brazos me cubren, terciopelo

Tu calor funde los hielos de mis manos

Y me vuelvo suave como un pañuelo

Si me miras yo disfruto el hablar de tu respiro

Cada palabra resuena tibia en mis mañanas dormidas

Yo te tengo, te amo en mi desierto

Noche y día, tu alma mi reencuentro.


VII


Para que cuando seas adulta, Aurora de la mañana

Recuerda la palabra mágica

Y siempre da las gracias

Para que cuando seas adulta, azul Aurora mía

Disfrutes las canciones de violines

No pierdas de vista a tus hermanos

Que te llevan en trampolines

Para que cuando seas madre, Aurora mía, mía y mía

Le regales a tus hijos

Las palabras que por ti he construido.


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